Hoy hablamos de la importancia del equilibrio emocional, y de cómo la respiración completa puede ayudarte a lograrlo. En este episodio del podcast seguimos avanzando en los innumerables beneficios de la respiración, hoy en concreto en el plano emocional.
Si tus emociones determinan a menudo tu estado de ánimo, si no tienes el tiempo de digerir todo lo que sientes, si parece que no hay forma de quitarte de encima esos sentimientos negativos, ¡hoy tienes la oportunidad de cambiarlo!
Sigue escuchando para descubrir todo lo que la respiración puede hacer por ti. Además practicaremos juntos una meditación para el equilibrio emocional. Es súper efectiva, ¡no te le pierdas!
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Contenido
- Importancia del equilibrio emocional.
- Qué son las emociones y cómo nos afectan.
- Posibilidad de cambiar y sintonizarnos.
- Beneficios emocionales de la respiración completa:
- Actúa como descarga emocional
- Ayuda a superar o combatir la depresión
- Nos permite estar en contacto con nuestras propias emociones y necesidades
- Favorece y acelera nuestros procesos de sanación emocional
- Ayuda a superar traumas, inseguridades, miedos o heridas subconscientes
- Facilita la gestión y eliminación de la negatividad
- Favorece la estabilidad, la calma y la paciencia
Transcripción
En el episodio anterior hablábamos de los beneficios físicos de la respiración completa, los que puedes sentir fácilmente en tu cuerpo. Hoy hablamos de emociones, algo un poco más sutil que nos cuesta más reconocer. Por ello vamos a pararnos un momento a comprender qué son.
Las emociones son respuestas naturales que exteriorizamos al relacionarnos con el mundo externo. Son reacciones que se producen cuando nuestros mundo exterior e interior se encuentran, especialmente el mundo de la memoria.
Quiero explicarte el proceso emocional desde el punto de vista del yoga.
Cuando algo llama nuestra atención, o recibimos algún estímulo externo, comienza el proceso mental y dirigimos nuestra atención hacia ese estímulo. Una vez que nuestra mente se ha movido hacia algo nuevo, se genera una percepción. Es decir, captamos información a través de nuestros órganos sensoriales, ojos, oídos, nariz,… Todo sigue en marcha y la percepción genera sensaciones (dolor o placer, agrado o desagrado), que pueden convertirse en sentimientos. Entonces la mente se para y, en base a todos los recuerdos que tiene almacenados, comienza a crear pensamientos, los cuales conllevan juicios, ya que compara la nueva situación con las ya vividas, y la etiqueta en base a ellas. La respuesta que damos a este juicio es la emoción. La emoción es por tanto una reacción que surge cuando nuestra memoria se encuentra con el mundo exterior.
Todo esto es un proceso natural que no tiene nada de malo. El problema es cuando no queremos reconocer nuestros procesos a nivel interior, cuando no reconocemos nuestros pensamientos, ni cómo derivan en estados emocionales intensos.
La mayoría de la gente vive tratando de suprimir y controlar sus emociones, no nos han enseñado nunca a gestionarlas, lo contrario, nos han hecho creer que no debían mostrarse, porque nos hacían débiles.
El resultado al final es un gran desequilibrio que nos crea malestar, trastornos y conflictos.
Para que toda nuestra vida funcione es fundamental trabajar para mantener un equilibrio emocional, ya que hemos visto que las emociones son el escenario donde se mueven nuestros pensamientos. Aunque no lo creamos nuestros pensamientos, estado de ánimo y niveles de energía están relacionados, cada uno de ellos afecta y se ve afectado por los demás.
Siempre vamos a tener altibajos, es normal, cuando hablamos de alcanzar el equilibrio emocional no hablamos de no sentir ni expresar nada. No somos máquinas, así que no te culpes por ello.
El problema es cuando una emoción se queda con nosotros más allá de lo necesario, y ya no expresa o concuerda con lo que necesitamos o sentimos. Porque como hemos visto cada emoción responde a un proceso de pensamiento, pero más allá de él no tiene ningún sentido mantenerla. Debemos aprender de lo que nos esté transmitiendo en ese momento, y después dejarla marchar sin apegarnos a ella. Pero esto es lo difícil, solemos quedarnos atrapados en esa emoción.
La respiración completa nos ayuda a ser capaces de adaptarnos a los cambios rápidamente, y sintonizar nuestras emociones con ellos. Al hacernos más presentes en nosotros mismos podemos reconocer los cambios en nuestro estado anímico, mental y emocional. Siempre vamos a estar más en sintonía con los requerimientos de cada momento.
Esto es muy importante porque de no ser capaces de adaptarnos al momento presente podemos caer en depresión, ansiedad, fatiga,… Cuando no soltamos nuestras emociones (porque siempre creemos que son ellas las que no quieren irse de nosotros, pero en realidad somos nosotros los que decidimos aferrarlas) perdemos una cantidad enorme de energía.
Por ello debemos ser responsables de nuestros estados y nuestros propósitos, y saber que podemos cambiarlos, está en nuestras manos. Las emociones no son dueñas de nosotros y siempre puedes volver a estar al mando a través de tu respiración.
“Si tu mente tiene el control y los sentimientos emocionales son tu guía, no eres humano. Eres un animal. Los sentimientos son como olas. Un barco no necesita olas, necesita viento.”
YB
Y ese viento es la respiración, que además nos ayuda:
Como descarga emocional
Gran parte de esas emociones que no dejamos ir se acumula en nuestros tejidos y músculos. Sabemos que si comemos alimentos en mal estado, caducados o rancios, se generan toxinas a nivel físico. Pues lo mismo ocurre en la mente con las emociones, pensamientos y sentimientos inmaduros o no procesados. Podemos imaginarlos como cristales transparentes que se clavan en los músculos, son imperceptibles a simple vista, pero ahí están generando dolor, rigidez y malestar. Por eso nos sentimos tan tensos y bloqueados cuando estamos mal emocionalmente.
Realizando una respiración completa relajamos todos los músculos, que son capaces entonces de soltar estas toxinas, la carga que habíamos estado soportando emocionalmente desaparece y nos sentimos de nuevo liberados.
Ayuda a superar o combatir la depresión
La respiración completa es una práctica muy efectiva para ello.
Primero nos hace presentes en nosotros mismos y nos trae al momento actual. La depresión es síntoma de una desconexión a nivel espiritual, cuando no seguimos los anhelos de nuestro alma nos sentimos apagados y sin ganas ni motivación por nada. La respiración completa nos ayuda a entrar en contacto con nuestras necesidades y propósitos, y nos da la fuerza para llevarlos a cabo.
Esto a nivel físico se traduce en un desequilibrio hormonal, que la respiración completa es capaz de restaurar. Ya que afecta a la química del cerebro, produciendo endorfinas, una hormona cuya función es la de aliviar el dolor y facilitar la vuelta al reposo tras un episodio de tensión.
Ayuda a estar en contacto con nuestras propias emociones y necesidades
La respiración profunda te ayuda a estar centrado, ya que fortalece el aura, que es un campo magnético de energía que nos rodea en todas direcciones. El aura es una capa que actúa como filtro entre el exterior y nosotros. Nos sirve de protección, pero también nos ayuda a sentir y percibir. Cuando nuestro aura está fuerte podemos percibirnos a nosotros mismos y a la vez a los demás. Esto no ocurre cuando está débil, en ese momento nos perdemos a nosotros mismos y priorizamos las necesidades y estados de ánimo de los demás, llegando a quedarnos con su malestar, enfados, etc. Este es un problema muy habitual en las personas altamente sensibles.
Si te interesa este tema y quieres conocer más sobre las Personas Altamente Sensibles te recomiendo este artículo de mi blog: Alta Sensibilidad.
El trabajo con la respiración completa nos ayuda a hacernos más presentes dentro de nosotros, a sentirnos, a saber cómo estamos, y a ser capaces de vivir en equilibrio entre nuestras propias demandas internas y las que nos llegan desde fuera.
Favorece y acelera los procesos de sanación emocional
Al igual que ocurría en el plano físico, cuando decíamos que era más fácil la recuperación en cualquier enfermedad cuando se disfrutaba de respiraciones completas, podemos afirmar que la respiración profunda también beneficia los procesos de curación emocional.
La respiración es un catalizador que siempre potencia y multiplica el efecto sanador y ayuda a recuperarse más fácilmente.
Además te ayuda a superar traumas, inseguridades, miedos o heridas subconscientes. A gestionar y eliminar la negatividad, y favorece la estabilidad, la calma y la paciencia.
Lo ideal es mantener una relación constante con tu respiración, así todos los beneficios serán más duraderos y estables. Pero también debes saber que puedes recurrir a ella en un momento concreto de necesidad, cuando te reconozcas pasando por un estado emocional demasiado intenso o desequilibrado.
Hoy vamos a aprender una meditación para ello, se llama Sunia Antar. Es realmente sencilla de hacer y es especialmente buena para los momentos de crisis en lo que nos sentimos fuera de nosotros mismos, cuando todo lo que queremos hacer es gritar y patalear.
Esta meditación trabaja equilibrando el elemento agua en el cuerpo, esto afecta a los riñones, relacionados con el estrés, y al cerebro.
Gracias a la postura y a la respiración lenta la mente se aclara y relaja. Todos los pensamientos que te atormentaban seguirán ahí, pero tú apenas los percibirás, y mucho menos sentirás la necesidad de reaccionar ante ellos.
Antes de comenzarla se recomienda beber un vaso de agua.
Meditación: Sunia Antar – Para el equilibrio emocional
- Para abrir el espacio: canta 3 veces el mantra Ong Namo Guru Dev Namo
- Posición: Postura Fácil (Sukhasana). Sentado, con los brazos cruzados sobre el pecho, colocas las palmas de las manos bajo el brazo contrario, todos los dedos en la axila, menos los pulgares que quedan rozando las clavículas. Subes los hombros bien arriba, hacia las orejas, asegúrate de no mantener nada de tensión en el cuello.
- Ojos: cerrados.
- Concéntrate en tu respiración, observa como de forma natural se hace más lenta y profunda.
- Tiempo: 3 minutos
- Para terminar: inhala profundo, exhala y relaja.
- Para cerrar el espacio: recita el Eterno Sol “que el Eterno Sol te ilumine, el amor te rodee y la luz pura interior guíe tu camino” y canta 3 veces Sat Nam.